Desidia carcelaria

La desidia en las cárceles del Ecuador cobró una nueva víctima mortal. El sangriento crimen quedó registrado en un vídeo que se compartió en redes sociales, en el que se pudo apreciar que ni siquiera los guardias, encargados de la seguridad en un Centro de Rehabilitación Social del país, logran evitar que uno de los reos sea atacado a cuchillazos por otros dos sujetos, a quienes no les importa su presencia. Es más, se imponen ante su autoridad y los obligan a correr para salvar sus vidas. Parecería que ahora los pájaros se enfrentan a las escopetas, sin que, al parecer, nadie pueda evitarlo. Es inaudito que los internos tengan acceso a tanto armamento con el cual libran una guerra por territorio difícil de detener. ¿Cómo lo hacen? y, lo más paradójico, ¿quién lo permite? Hace varios años se prometió una reestructuración del sistema carcelario ecuatoriano, que incluyó la construcción de varios centros que ni siquiera cuentan con los servicios básicos para funcionar. Sin embargo, en la actualidad hay hacinamiento y pésimas condiciones para la convivencia. Esto da la pauta para pensar que la verdadera rehabilitación es solo una utopía, que se va diluyendo con cada nueva masacre que se produce en las celdas. Ya hemos perdido hasta la capacidad de asombro, porque no es el primer ataque que se registra por estos lares -tampoco será el último- y nadie ha reaccionado con alguna propuesta urgente y seria. La única medida posible es una declaratoria de emergencia. Ya es hora de que las autoridades vayan tomando en serio este asunto, antes de que se les vaya de las manos.