Opinión
Guayaquil enclaustrada
El espacio público parques y malecones, fomentan la cohesión social, nos hacen más tolerantes ante el discriminen, fortalece los vínculos sociales y consolida la democracia, pero parecería que en Guayaquil se prefiere lo opuesto, la privatización de espacio público, encerrando sus pocos parques, sus casas, sus urbanizaciones y hasta sus peatonales y espacios libres. Ya no se inauguran nuevas plazas públicas, sin embargo cada vez hay más de 50 “malls” que son el espacio público convertido en privado, centros para el consumismo donde por “algo” hay que pagar, a la entrada o a la salida. Últimamente el encerramiento del histórico parque del Centenario primero 3 y luego 2 de sus 4 puertas y en horas de “oficina” de sus 20 hectáreas que divide a la ciudad en cuatro cuadrantes, dicen por “seguridad”, la que se puede manejar inteligentemente, pero lo único que se ha logrado es llevar esa inseguridad a sus aceras exteriores en medio de guardias con un nivel comunitario nulo, y se ha matado la actividad social que existía desde décadas hacia dentro del parque, encerramiento que a casi ningún “guayaquileño de cepa” parece importarle, al igual que el alto doble enrejado en el Malecón 2000, para que los “informales” no compitan con la empresa privada,
Una comunidad es lo que sus habitantes quieren. Una ciudad sin un espacio público libre, y sin rejas es cualquier cosa, menos una ciudad.