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Opinión
“Me siento bendecido por ser gay”
Dijo Ricky Martín cuando con un par de “corajes” un día dio un paso al frente y declaró públicamente su homosexualidad. Hoy sábado, en Guayaquil y otras ciudades con los mismos “corajes”, por la 9 de Octubre saldremos miles a expresar el orgullo de ser lo que somos. De eso se trata el orgullo, porque no es razonable ni democrático que tengamos que pedir permiso y menos perdón a los demás por nuestra naturaleza, y ser valientes y defender los mismos derechos de todos porque, caso contrario, serían solo privilegios para una parte de la sociedad. Esa lucha es algo de lo que uno puede enorgullecerse. Algunos dirán: ¿y por qué no hay también un Día del orgullo heterosexual?, pues preguntemos primero: ¿han sufrido bullying en el colegio, el trabajo o en su familia por ser heterosexual? o ¿han tenido que irse de casa por su manera de pensar o de sentir? o ¿se han pasado media vida ocultándolo?, ¿ha tenido miedo de recibir una paliza o hasta que lo maten y que nadie diga nada?, entonces deberían dar gracias que NO necesita ese día para reivindicarse, para protestar por atropellos y discriminaciones.
Armados con la bandera del arcoíris, símbolo de la diversidad humana, será un “carnaval de contracultura” como parte del progreso social revolucionando sin prejuicios anacrónicos, porque los muros de la intolerancia están empezando a desmoronarse. Es la afirmación de la dignidad que nos dignifica a todos por igual al aceptar que es un orgullo ser diversos, pero iguales ante la ley...