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Opinión

¡Feliz Navidad!

Este mes de diciembre es muy especial. Para los cristianos, se conmemora el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, hecho hombre, que vino a salvarnos y a predicar la necesidad de fraternidad, libertad, perdón y amor de unos a los otros. Se recuerda el advenimiento de un ser humano que predicó un gran mensaje y que invitó a construir un mundo de solidaridad y justicia.

Para muchos es una fecha que se disfruta en familia, cerca de las personas que amamos. Sin embargo, también debe ser un momento de reflexión acerca de la manera individual y colectiva en que vivimos el nacimiento del Niño Jesús. Es un tiempo para revisar nuestra vida, nuestros logros y desaciertos, nuestras debilidades, pero también nuestras fortalezas y planear nuestro presente y nuestro futuro, proponernos objetivos claros como grupo familiar, de lo contrario estaremos dejando pasar el tiempo sin saber quiénes somos, para dónde vamos o qué queremos.

Podríamos hacernos un examen de conciencia y preguntarnos si, en el país en que vivimos, practicamos la solidaridad, que es un valor. Si las libertades fundamentales son respetadas; si se practica el perdón de las ofensas; si la administración de la justicia es libre y si el amor fraterno es más fuerte que los rencores. La respuesta es individual, pero indispensable para entender de cuánto significa para nosotros, como pueblo, la Navidad.

Por último, desearles una feliz Navidad, que tengan a Dios nacido en un pesebre junto con José y María como modelo de hogar, sencillo y humilde en donde, sin darnos cuenta, Dios trabaja haciéndonos personas responsables de nuestras vidas en servicio de los demás.