Opinión
La manada ecuatoriana
El Ecuador atraviesa por una grave crisis de valores que se refleja en hechos que erizan la piel. Pero el caso de la manada (como el caso español) que violó a Martha en un restaurante de Quito el domingo pasado es sencillamente repudiable e inaceptable desde todo punto de vista.
Ella no solo fue abusada sexualmente, la torturaron y atentaron contra su vida al utilizar cualquier objeto que tuvieran a la mano para hacerle todo el daño posible. ¿Qué clase de seres humanos puede actuar así, sin ningún escrúpulo, contra una persona a la cual conocían desde hace dos años?
He leído aberrantes comentarios en redes sociales en los que se la responsabiliza a ella por “no cuidarse” o por “salir con las personas equivocadas”.
No puede ser que a alguien se le ocurra pensar que todo esto fue su culpa. Ella decidió ir a un cumpleaños junto a quienes consideraba sus amigos, sin esperar que esas personas se iban a convertir en sus verdugos. Este execrable hecho ocurre justo cuando en el país se discute sobre el derecho de las mujeres a abortar cuando hayan sido violadas y maltratadas psicológicamente por algún psicópata.
Me pregunto si estamos listos para dejar nuestros complejos y dogmas personales a un lado con el fin de discutir con argumentos este tema.
¿Qué pasaría si Martha resulta embarazada? ¿La condenaríamos a una celda si decide no tenerlo o la obligaríamos a continuar con una gestación no deseada producto de una pesadilla? Ahí los quiero ver.