El amor en tiempos electorales

En tiempos de San Valentín qué difícil es hablar de amor y amistad en un país encrispado y fanatizado con un odio visceral que impide sus capacidades de análisis anulando el “sentido común”, porque no importa que la acusación sea ilógica y sin pruebas, solo vale como pretexto para seguir odiando. Así es imposible conversar con ellos, menos amarlos.

Muchas familias y viejas amistades se han perdido por la política, pues “si no estás conmigo estás contra mí”.

Lo inexplicable es que siempre hemos sido una sociedad “empática”, es decir, que pese a las diferencias nos podíamos entender y hasta comprender lo que el otro pensaba. La realidad actual es otra, lamentablemente. Los políticos, los titulares, las redes, etc. nos han enseñado a odiar, y nos hemos alejado de lo que es natural y que viene con nosotros: EL AMOR.

Deberíamos exigir a los candidatos en estos tiempos electorales que en lugar de mostrar un amor fingido de abrazos, sonrisas, besos y promesas, nos hablen de solidaridad y justicia social para los que menos tienen y NO de caridad y beneficencia como solución a los problemas.

Para transformar o mejorar nuestro país hay que tratar desde adentro en la política el tema del AMOR .Y en lo personal no dejar que el día del amor se convierta en un estrés, en un “objeto de consumo, el que más gasta más ama” con solo regalos peluches y sexo, sino regresar a la espiritualidad, a las serenatas, etc. y sobre todo a la convicción de que solo el amor es la respuesta.