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Opinión
Motos, robos y las tragedias de tránsito
La utilización de motocicletas como medio de transporte se ha generalizado y hasta popularizado. Hoy, en el país, no hay ciudad, cantón, parroquia y recinto donde no circulen estos vehículos. Incluso, en el campo han desplazado al empleo tradicional del caballo. Pero es en las urbes, especialmente en los barrios populares, donde se ha extendido más el uso y hasta el abuso de ellas.
Guayaquil y otras ciudades saben que varios de sus conductores se vinculan a robos, asaltos, cobro de chulqueros, microtráfico y como medio de transporte y de fuga para los sicarios. Por eso no llama la atención que ahora el número de este tipo de vehículo siga creciendo. En el país el año pasado representó el 28% del parque automotor, pues con la introducción de las motos de fabricación china, al descender su precio, su uso se ha extendido a amplios sectores de la población.
Las estadísticas oficiales de la ANT y ATM dicen que su número seguirá en ascenso. También las contravenciones y multas que por su mal uso se producen. Pero las motos y sus conductores deben merecer mayor atención y vigilancia de las autoridades de tránsito y la ciudadanía. Se debe tener cuidado, pues por medio de ellas hay más robos, accidentes y asesinatos.