Por lo general, cuando ocurre un accidente de tránsito dentro del perímetro urbano se le echa la culpa a los conductores de automotores. Sin embargo, hay que tomar en consideración también, para juzgar con equidad luego de producido el percance, a veces con víctimas mortales, que tanto el chofer como el peatón tienen la obligación de observar las normas establecidas por las autoridades de tránsito y, sobre todo, saber conducirse con prudencia por las vías públicas.

Ante el creciente flujo vehicular, sobre todo en las anchas avenidas, se han construido los puentes o pasos peatonales para proteger a los transeúntes que van a cruzar de una acera a otra. Y en muchos sectores, los vecinos de tales sitios han exigido que se dote de esta infraestructura en los lugares que carecen de ella por el peligro que se advierten al cruzar la calle.

Pero, por otro lado, también se da el caso de que, existiendo estos puentes citadinos, muchas personas por no tomarse el trabajo de subir las escalinatas prescinden de ellos y ponen en peligro sus vidas al cruzar las calles irrespetuosamente. Y a veces lo hacen también por el temor de ser víctimas de la creciente delincuencia, por lo cual debería haber un permanente servicio de protección policial a la ciudadanía.