El Gobierno acaba de anunciar que los precios de las gasolinas Extra y Eco sufrirán un aumento de 37 centavos por galón, explicando que se trata de este retiro de subsidios que ha durado 40 años, y paleará la grave crisis económica que está sufriendo el Estado ecuatoriano luego de una política anterior que no dejó, precisamente, “la mesa servida”, como lo afirmó el expresidente Correa.
Este aumento debería ser complementado con un control más severo para evitar el intenso tráfico, por las fronteras norte y sur, por parte de quienes llevan la gasolina a los países vecinos de Perú y Colombia, en donde el valor de los combustibles es mucho más alto.
Para impedir que esta medida tenga graves efectos apuntando al aumento del costo de la vida, también se señaló que los servicios de transporte, taxis y buses que cumplen rutas interprovinciales e intercantonales están exentos de someterse a tal aumento.
Al mismo tiempo se anuncia que los sueldos de los funcionarios públicos serán rebajados en un 5 por ciento.
Y a la vez se ha planteado la posibilidad de un aumento salarial, lo que ha sido objetado por los empresarios que estiman que esto provocaría más desocupación ante la crítica situación de las empresas, pues tendrían que reducir personal.