Esa frase de la que hago uso para titular este artículo, la Galileo Galilei, cuando la Inquisición, aunque se autocalificaba de “Santa”, en el siglo XVI y se obligó al sabio italiano a retractarse cuando confirmó la teoría de Copérnico de que el planeta Tierra no era el centro del universo, sino que, al contrario, se “movía” o giraba alrededor de ese Sol que nuestros antepesados incaicos consideraron un dios.

Pero ahora no queremos reafirmar la teoría que casi manda a que se consumiera en una pira al mentado Galileo, sino a los movimientos terráqueos que se vienen dando en nuestro país. Aunque felizmente no hemos tenido que soportar sismos de grandes proporciones ni con tantas víctimas mortales como los ocurridos en México y Chile, en el continente.

Entonces, la frase de que somos un “país en movimiento” no solamente debe atribuírsela a políticos optimistas o a gobernantes demagogos que afirman que gracias a sus habilidades “vamos hacia adelante”...

Sin embargo de que los sabios en asuntos telúricos, también llamados sismólogos, afirmaron hace algún tiempo que temblores y terremotos no se podían predecir, en la actualidad los modernos entendidos en esto de las placas tectónicas y de las energías volcánicas nos han puesto “a temblar” al anunciar la posibilidad de que en un próximo futuro tengamos que “movernos bastante” no solo por culpa del “e pur si muove” galileano, sino de los caprichos subterráneos que alguna vez destruyeron importantes ciudades como Pompeya en Italia y San Francisco de California.

Tenemos, pues, que por fuerza tratar de mantener un espíritu “antisísmico” que nos mantenga firmes y no actuar como si tuviéramos “veri-veri” ...(FCV)