Editorial

Una visita histórica

Se ha considerado como un hecho histórico la reciente visita del presidente de los Estados Unidos a Cuba, en medio de serias tensiones que ya duran más de medio siglo y con hechos que no podían ser resueltos con esa visita, como la ocupación de Guantánamo por los Estados Unidos desde hace un  buen tiempo, o el bloqueo económico que tiene varias décadas de vigencia. O como el irrespeto a los derechos humanos por la dictadura castrista que en los mismos días de la visita de Obama impidió con violencia la expresión de un grupo opositor llamado las Damas de Blanco.
   Y es tan difícil la solución de estos problemas que ambos gobernantes han tratado de eludir los temas, en el caso de Estados Unidos porque su resolución le corresponde al Congreso; y en el caso de Cuba porque su gobernante y el aparato administrativo y político cubano temen que su vigencia produzca un estallido que podría acabar con el régimen castrista.
De todas maneras, es importante que los dos gobernantes hayan mantenido una relación cordial durante el tiempo de la visita que, lamentablemente, concluyó sin resultados concretos.

Paz para Bélgica, para el mundo

Ec. Galo Cabanilla Guerra

Luego del 11 de septiembre del 2001, por la magnitud del atentado perpetrado contra Estados Unidos, el planeta entero se puso en alerta máxima ante los denominados grupos terroristas, integrados en su mayoría por fanáticos que, usando como escudo ideologías religiosas, reclaman posiciones políticas, geográficas y económicas de poder. Desde entonces hasta la fecha, según diario El País de España, suman 139 los incidentes cometidos por dichos grupos a nivel mundial.
En noviembre pasado Francia fue blanco de un ataque, donde se registraron 130 víctimas. Esta semana nos sorprendió lo ocurrido en Bruselas, donde la embestida atribuida al grupo ISIS dejó como saldo unos 31 fallecidos y más de 300 heridos. Sin duda estas y otras acciones ejecutadas son detestables y deben ser categóricamente rechazadas por todos, ya que, lamentablemente, no sabemos cuál será el próximo objetivo, qué países están en la mira de los lúgubres planes de estos grupos subversivos.
Solidarizarse con las víctimas de estos atentados conlleva que haya un pronunciamiento firme de la comunidad internacional para encontrar una solución aplicable para que, por fin, se dejen de cobrar vidas inocentes. Por otro lado, quienes vivimos con fe estos días de la Semana Santa podemos elevar una oración por la paz.
Aprovechemos entonces para reflexionar sobre las situaciones negativas que aquejan al planeta y pedir al Todopoderoso bendiciones infinitas.