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Diario Extra Ecuador

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Pascua de Resurrección

Jesús  fue muerto y sepultado en una tumba que cerraron con una pesada roca. Tres días después, como lo afirmaron las profecías, Jesús venció a la muerte y salió de la tumba para encontrarse con las santas mujeres que no pudieron creer lo que veían con tanta evidencia, aunque luego se rindieron ante la realidad de los hechos. Después fue al Cenáculo, donde sus apóstoles, presas del temor, seguían recluidos.
Hay que imaginar la sorpresa que habrán tenido sus apóstoles, al ver vivo al Maestro, después de que debieron soportar verlo muerto, y luego de que había sido sepultado.
Uno de ellos, sin embargo, expresó sus dudas y quiso y obtuvo una prueba física de la resurrección. Jesús manifestó, entonces, que serían bienaventurados  aquellos que han creído sin necesidad de comprobaciones terrenales. La Pascua de Resurrección se había consumado y después de más de dos mil años el hecho milagroso e increíble, pero verdadero, se sigue recordando. Con esto finalizan las conmemoraciones de Semana Santa, llamada también Semana Mayor. Y se abre la diaria rutina de la vida común, del trabajo, de las preocupaciones cotidianas y de los problemas acuciantes.


...Y Jesús resucitó

De Dios debemos agradecer que fuimos hechos a su imagen y semejanza; y siendo así parte de ese espíritu infinito e inmortal lo hemos heredado. Aún tenemos mucho trecho que recorrer después de esta vida; físicamente nada se crea ni nada se destruye, todo se transforma. Mentalmente tenemos más posibilidades de seguir creando muchas ideas que son producto del medio de donde nos desarrollamos. Y Jesucristo con su resurrección nos vino a decir que hay una esperanza y que el viaje continúa: “mañana estarás conmigo en el paraíso”.
El mundo no es real, sino aparente, creado por la mente humana; esta puede extenderse por sobre todos los tiempos pasados, presentes y futuros. De hecho todo queda eternamente conservado en la mente universal y la mente personal es una partícula de esa mente universal como el agua que fluye  sin parar. La metafísica es el olor de las rosas, el amor, la ternura, el alma, el espíritu. Dios es uno y todo a la vez, por eso es capaz de hacer y deshacer lo que hizo.
Y ese Dios que resucitó a un muerto, que curó al leproso, que multiplicó panes y vino; que caminó sobre las aguas, se despejó del cuerpo que es motivo de dolor y de alegrías para volver al padre, allá donde no es posible el sufrimiento, solo hay que cumplir una única condición, su ley, sus Diez Mandamientos nada más.

Dr. Alexander Cajas S.

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