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Opinión
Editorial
Dos precandidatos dicen ‘presente’
El ex vicepresidente Lenín moreno, desde Ginebra, donde reside como comisionado de la ONU para atender a discapacitados, ha enviado una extensa carta a la dirigencia de su partido, haciendo una serie de observaciones y precisiones respecto del futuro electoral, que está casi a las puertas.
Por otra parte desde Manabí varios directivos de organismos seccionales que suman 14 adhesiones para la candidatura del actual vicepresidente Jorge Glas, se han manifestado en forma pública.
Estas posturas significan que los dos más opcionados candidatos del partido oficialista para las elecciones presidenciales del 2017 mantienen sus aspiraciones, aunque la carta de Lenín contiene algunas observaciones críticas. Eso puede significar que aceptaría la candidatura siempre y cuando se escuchen los reparos que constan en su misiva.
Por su parte, el actual vicepresidente no se ha pronunciado sobre el asunto, dejando en suspenso, aunque no rechazando, la posibilidad de su candidatura.
De todos modos, las frutas empiezan a moverse intensamente, tanto en el oficialismo como en la fraccionada oposición.
Drogadicción en nuestra juventud
Quienes estamos llegando a la vejez recordamos que, en nuestra adolescencia, en plena segunda guerra mundial, a ningún joven se le ocurría pensar siquiera en estupefacientes. era muy mal visto el marihuanero, y lo asociábamos con maleante, un delincuente vulgar, en todo caso. Cuando teníamos unos 11 o 12 años la gran travesura era fumarse un cigarrillo a espaldas de nuestros padres, en la casa, o de nuestros profesores en el colegio. Leíamos o escuchábamos hablar del morfinómano como una persona en total perdición.
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Los tiempos han cambiado y ahora, quizás por la influencia del cine y la tv, es común ver en nuestro país a adolescentes, de ambos sexos, que no solo fuman un “inocente” cigarrillo, sino que también está creciendo el consumo de varios tipos de drogas. Y, quizás por curiosidad o por querer imitar al compañero de clase, o al enamorado, empiezan con el microtráfico de drogas sin pensar en las peligrosas consecuencias que eso conlleva.
El caso es más preocupante en el Ecuador pues, desde hace cierto tiempo, se permite llevar o consumir “pequeñas” dosis, lo cual es una tremenda falla de leyes recientes. El colmo es, ahora, el acceso a drogas y estupefacientes en planteles educativos, donde se consume desde temprana edad por descuido de padres de familia y educadores. Pero, más que nada, es por culpa de permisivas disposiciones vigentes, lo cual está preocupando a la Unicef y a otras respetables instituciones internacionales.
Por Nicolás Ulloa