Editorial

La etapa de reconstrucción

El primer paso para la reconstrucción de las zonas devastadas por el terremoto es la remoción de escombros y la demolición de edificios considerados inutilizables debido a graves daños estructurales.
Se calcula que en los lugares más afectados hay 650 edificios que deben ser demolidos, lo cual ya se comenzó con más de 60 máquinas y un equipo de técnicos e ingenieros que evalúan la realidad de las edificaciones que presentan síntomas de daños muy severos.
En Manabí, especialmente en Manta, la tarea comienza por un trámite que se inicia en el Municipio y que luego conoce el ente gubernamental encargado de la reconstrucción para obtener, finalmente, la orden de la demolición que económicamente afronta el Estado.
El trámite para este proceso dura entre dos y tres semanas, tiempo en el cual sus propietarios, si se trata de viviendas, deben establecerse en los albergues; pero muchas personas no cumplen con esta obligación, y prefieren permanecer vigilantes frente a sus edificios en trance de demolición, para precautelar los pocos bienes que podrían salvarse del desastre.
La reconstrucción es una larga tarea que demandará tiempo y gran cantidad de dinero.

Venezuela se cae a pedazos

Venezuela vive una verdadera implosión económica que en muy pocas ocasiones se presenta en economías tan ricas como la de este país, cuna del libertador Bolívar.
Hay escasez de todo. Delincuencia, hambruna, escenas de dolor y de angustia entre más de las tres cuartas partes de su población. Pero nada de esta realidad pavorosa convence al ‘inmaduro’ de Maduro y la gente que dizque gobierna con él, quienes, en lugar de tomar medidas que permitan salir de este infierno, se aferran al poder posiblemente como consecuencia de los consejos que le deben estar dando a ‘Nico’ los pajaritos que conversan con él todas las mañanas. Y esos consejos deben ser los que le permitieron dictar ‘medidas sabias’, que apenas solamente a él se le ocurren: semana laboral de dos días para los funcionarios, quitarle la luz a la población del país dizque para ahorrar energía, etc. ¡Tamaña barbaridad solamente puede caber en la mente de un iluso o de un demente! Ni en países en guerra declarada caben medidas de esta naturaleza.
Lo que hace Maduro es producto de su ya reconocida incapacidad, por un lado; y por otro, del terror que debe sentir al saber que cuando se vaya o ‘le hagan ir del poder’ le va a pasar lo mismo que le sucede ahora a su amiga del alma, la multimillonaria Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina. Él debe decir: “Hoy por ti, mañana por mí...”. (BLC)