Opinión
Editorial
Las casas que se deben derrocar
La situación de las zonas afectadas es grave. Según su alcalde, en Manta se derrocan mil casas, pero esta cifra no es definitiva, porque faltan estudios de la situación y las resoluciones por adoptar.
Además, hay un serio problema con la provisión y funcionamiento de servicios vitales, especialmente de agua potable y alcantarillado que, según el Alcalde, demorará, al menos, dos años para que vuelvan a funcionar debidamente.
Los moradores que carecen de agua potable están desesperados y buscarán remedio urgente, aunque será emergente y provisional.
Y lo que sucede en Manta es tal vez más preocupante en Portoviejo, cuyo Alcalde declaró que la reconstrucción de la ciudad demorará entre 20 y 25 años. Qué terrible y desesperanzadora resulta esa realidad que, por su gravedad, no tiene antecedentes en la historia nacional y a cuya solución está acudiendo solidariamente todo el país, porque esos ciudadanos sufren desgracia tan grande que no pueden ser abandonados por sus compatriotas, cuya ayuda no cabe circunscribirse a lo que hasta ahora se ha producido, sin reparar en que el esfuerzo solidario demanda más sacrificios.
Esta vida “de a perros”...
En la muy noble ciudad austral de Loja le han caído encima a su alcalde, el tan conocido ‘Chato’ Castillo (uno de los impulsores de la Supercom que aplica la “ley mordaza”), fuertes críticas por considerarlo, dentro del lenguaje criollo, como todo un “mataperro”. Y es que el burgomaestre hizo unas declaraciones a propósito del exceso de población canina callejera que hay en su ciudad. Y por decir lo que dijo, los lojanos han interpretado que el ‘Chato’ proponía evitar esta superpoblación canina con la letal eliminación de esas criaturas zoológicas que ladran y que han sido calificadas como “los mejores amigos del hombre”.
Parece que el problema de los “perros sin dueño”, es decir aquellos que no tienen a quién moverles la cola, es de tipo nacional, ya que si en Loja hay cien mil perros sueltos, en Quito el número pasa de los 400 mil, lo cual podría provocar declaraciones similares del alcalde Rodas, las que, por supuesto, podrían ser rebatidas con dureza en la siguiente sabatina presidencial.
Felizmente, el ‘Chato’ o se arrepintió de lo que dijo o fue mal entendido y aclaró el entuerto. Y ahora el Municipio lojano construirá un hogar para perros anónimos. Y sería bueno, además, que se eduque no solo a lo canes, sino también a sus dueños que suelen sacar a pasear a sus mascotas para que hagan sus necesidades en media calle y dejan la porquería sobre el pavimento, lo cual es castigado en EE.UU. y en Europa. (FCV)