Editorial

Un estremecedor crimen

El cadáver de un niño de apenas ocho años de edad fue encontrado en circunstancias horribles: con su cabecita envuelta en un vendaje, sus manos atadas y dos balazos en su espalda.
¿Quién es el asesino brutal  que ha cometido este crimen? Porque resulta inaudito que  a un ser inocente, como no puede ser más que inocente el infante de 8 años que aparece como asesinado, se le haya dado muerte de manera  tan severamente cruel.
La violencia se está  extremando en nuestro país porque hay asesinatos tan brutales como nunca antes se habían perpetrado, y entre las víctimas se hallan niños de poca edad a quienes  se ha violado y se ha ejecutado en forma terrible.
El Ecuador ha sido considerado como un país pacífico, incapaz de cometer hechos delictivos espantosos; pero de un tiempo a esta parte se han perpetrado esos actos, dejando un malestar espiritual profundo en que el horror y el temor baten sus  oscuras alas sobre la conciencia de todos.
El asesinato de ese niño de solo ocho años de edad debe ser investigado hasta dar con los responsables de una brutalidad que no merece posibilidades de perdón...

“Monocultivo” deportivo...

Ahora que gracias a la pantalla chica estamos gozando, como espectadores directos, a dos aguas, con el par de certámenes en que intervienen seleccionados de los países participantes: la Copa América Centenario, en nuestra región; y la Eurocopa, en el Viejo Continente, llegamos a la conclusión de que el deporte de las patadas, dicen que inventado por los flemáticos ingleses, es el deporte (llamado “de multitudes”) que, por lo menos en nuestro país, ha desplazado a las otras disciplinas que tienden a cumplir con el tan conocido  axioma romano de “mente sana en cuerpo sano”.
Y así como en lo agrícola se habla del “monocultivo” en naciones donde la exportación de un solo producto es el sueldo del país (en Cuba fue el azúcar antes de la revolución y en el Ecuador el cacao y luego el banano), también en lo deportivo parece habernos ocurrido lo mismo.
Ya nadie se preocupa (y casi no los hay) de los programas de béisbol, de box o de básquet. Recordemos que en este tercer deporte el Ecuador llegó a brillar internacionalmente con los Sandiford, los Morán, los Mejía,  los Arroyave, etc. Y que tuvimos grandes “puñetes” que llegaron a coronarse fuera del país en varias categorías pugilísticas. En el béisbol nos hemos olvidado que fuimos campeones sudamericanos y que, por ejemplo, el estadio Capwell fue construido principalmente  para practicar el deporte  de “la pelota  chica”. ¿Nos quedaremos futbolizados hasta cuándo?... (FCV)