Opinión
Editorial
Barcelona retomó la punta
Luego de una goleada que los ‘toreros’ atizaron a Universidad Católica (6 contra 1) el Ídolo del Astillero logró retomar con todo derecho la punta de la tabla de posiciones del campeonato nacional de fútbol. No se trata de una mera casualidad haber conseguido esa suma de goles en el Monumental el pasado domingo, pues en partidos anteriores frente a calificados equipos del torneo, como su eterno rival, Emelec, y la poderosa Liga Deportiva Universitaria de Quito, también el score fue concluyente.
El campeonato nacional se torna más interesante, ya que en el largo fixture que aún falta por cumplir, las diferentes oncenas que ocupan los primeros lugares harán todo lo posible para tratar de alcanzar el primer sitial y, con ello, el título que los ‘eléctricos’ conquistaron en los tres años anteriores.
No hay la menor duda de que Barcelona, el equipo más popular no solo de Guayaquil, sino a nivel nacional, está causando gran satisfacción entre miles de aficionados que se aprestan a seguir acompañando al cuadro ‘amarillo’ en todos y cada uno de los compromisos que aún tiene por delante.
Escenas nada agradables
No se necesita hacer un recorrido especial para encontrar feas escenas en nuestra ciudad. Debajo de los pasos a desnivel, en el centro o en lugares apartados, personas indigentes se han instalado con “todas las comodidades que su pobreza les permite.” En efecto, un viejo colchón de dos plazas que cumplió su ciclo de vida sirve para que una adulta y dos críos disfruten de un sueño reparador, pese a que el reloj marca las 11 am. Los menores son indiferentes al paso de autos y buses que muchas veces pitan, o personas que tienen que pasar por donde ellos están.
Esto puede ser el resultado de las fortísimas lluvias que han golpeado a algunas zonas del país. Lo negativo es la escena en sí y no se la puede pasar por alto, mucho menos dejar que esto siga así, porque los malos ejemplos se repiten.
No se trata solo del colchón, sino de fundas de plástico que algo deben contener en su interior, quizás alimentos, ropa o lo que sea que alguien les lanzó al paso.
La escena es conmovedora, pero se debe enmendar porque los malos ejemplos se copian, y ya mismo surgen intersecciones de calles y pasos elevados que tienen protección, llenos de una población flotante que, si bien inspira compasión, no se puede tolerar esos indebidos “dormitorios”, porque el caos entonces se volvería incontrolable.
Por Vicente Flores L.