Editorial

Preocupante desprecio al jubilado

 

El estado se ha venido caracterizando en estos últimos tiempos por su morosidad en casi todos los ámbitos de la actividad pública, con reclamos de pagos, por largos meses, de parte de organismos seccionales, contratistas de la obra pública, proveedores, etc. Este incumplimiento se ha tratado de justificar o explicar oficialmente por su iliquidez fiscal debido a la baja del precio del petróleo y la apreciación del dólar y después por el terremoto.

Esta morosidad afecta no solamente a los organismos seccionales, etc., sino que también tiene como víctimas a los jubilados, a quienes en el presente año se les adeuda la devolución de lo pagado por concepto del IVA, lo cual en años anteriores se cancelaba en los primeros meses del año.

No hay que olvidar que la gran mayoría de jubilados son personas que pertenecen a la tercera edad y que muchos de ellos requieren de esos pagos para completar sus presupuestos domésticos, ya que se trata de ciudadanos de limitados recursos económicos.

Igual atraso vienen sufriendo los artistas e intelectuales que tuvieron el alto honor de ser distinguidos con el Premio Nacional de Cultura “Eugenio Espejo”.