Editorial: Campaña política sucia

Varios candidatos se quejan de que sí hay una campaña sucia que desvirtúa la esencia de los comicios libres, que debe ser una manifestación cívica en que compitan candidatos con suficiente calidad para no inmiscuirse en la vida privada, o levantar versiones que son calumnias y mentiras.

Los ecuatorianos queremos un nuevo gobierno que respete sus derechos y que se consagren efectivamente las garantías constitucionales, desterrando los insultos, buscando descalificar a los adversarios.

En las próximas elecciones presidenciales compiten 8 ciudadanos, cada uno con sus méritos y sus defectos porque no hay ser humano perfecto. Lo importante es que la campaña que ya se halla a menos de un mes de las elecciones, siga un proceso en que se planteen soluciones a los problemas, y se abra la esperanza de días mejores para el pueblo ecuatoriano.

Si la campaña sucia crece, se verá que quienes la practican son rechazados por la mayoría que no desea incurrir en actitudes devastadoras de la personalidad ajena, sino en concretar postulados que sirvan para el mejor desenvolvimiento ciudadano y para mayor grandeza y prosperidad de la nación.