Editorial: la renuncia del Contralor

Agobiado por las pruebas seguramente, el contralor Carlos Pólit no afrontará el juicio político que se ha aprobado en la Asamblea, enviando desde el exterior, donde fijará su residencia, una renuncia que más que esto seria falta de ética y de valor para afrontar las consecuencias del ejercicio de su cargo, durante 10 años.

Sin embargo, no se librará del juicio en ausencia, pues la Constitución dispone que los funcionarios públicos podrán ser enjuiciados hasta un año después de la cesación de su cargo.

La Asamblea, entonces, procederá a su juzgamiento que debe ser severo, probatorio y sancionado porque quien tenía a su cargo el control de los dineros públicos y cometió actos indebidos en el ejercicio de esas funciones no puede pasar con una simple resolución de la Asamblea, sino que se deben probar esos actos indebidos y dejar constancia para la historia y para la justicia la quiebra legal y moral en el ejercicio de tan alto cargo.

Si el juicio en la Asamblea pasara como si se trata de saltar sobre un pequeño obstáculo físico, la continuación del juicio se convertirá en un sainete de muy poca gracia. Las pruebas de la corrupción deben ventilarse plenamente en la Asamblea, aunque la legislatura emplee largas horas en el asunto.