No hay autoridad ni institución pública que haga respetar los derechos de los consumidores que, en la práctica, están totalmente desprotegidos. Sus reclamos no son escuchados y solo sirven para engrosar las altas cifras de quejas que se cuentan por miles en las empresas públicas y privadas.

De nada vale una Ley de Defensa del Consumidor que solo queda en el papel, porque los incumplimientos están a la orden del día. Y tampoco desempeña su papel la Defensoría del Pueblo, porque si bien es cierto abre procesos de investigación, estos son inútiles porque no cumplen su cometido. Más es el tiempo perdido que los resultados alcanzados.

VOX POPULI

“Ellos no ayudan en nada. Creo que si, siendo de la tercera edad, hago una denuncia no me toman en cuenta. A mí siempre me intentan cobrar más”..

“Uf, ni les intento enviar porque sé que las denuncias que pongan se quedarán allí. Nadie hace nada. Ni siquiera controlan a estas empresas”.