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Opinión

Editorial: Controles, puras promesas

La falta de control al transporte pesado en Guayaquil ya ha cobrado vidas. Contenedores sueltos, tráileres volcados y más agravan el peligro

La delincuencia no es lo único que nos tiene con los pelos de punta en Ecuador. A veces el peligro viene rodando... y pesa toneladas. En las calles y avenidas de Guayaquil ya se ha vuelto ‘normal’ ver tráileres volcados, contenedores en plena vía y un tráfico que no avanza ni con agua bendita. Pero más allá del embotellamiento, lo grave es que esto ya ha cobrado vidas.

Una mujer murió aplastada por un contenedor que se soltó de uno de estos monstruos de metal. ¿Y qué dijeron las autoridades? Nada. Silencio total. Nadie dio la cara. Nadie explicó qué controles existen (si es que existen) para evitar que estas bestias circulen mal aseguradas. ¿Y el conductor del cabezal responsable? ¡Bien, gracias!

Mientras tanto, los traileros siguen campantes, sin que nadie revise si esos contenedores están bien sujetados. Y lo peor: esto no es nuevo. La Perimetral, la Juan Tanca Marengo, la Narcisa, la vía a la costa... todas ya han sido escenario de estos sustos y tragedias.

El transporte pesado no puede seguir rodando como si nada. ¿Qué esperan para poner mano dura? ¿Otra muerte absurda? ¿Otro contenedor volando? El control no puede ser un lujo ni una promesa para ‘más adelante’. Si no lo hacen ya, el próximo titular puede ser peor.