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Opinión

Editorial: Las lecciones de la Copa Libertadores

Guayaquil demostró que puede ser una gran anfitriona de eventos internacionales y garantizar la seguridad de los turistas. La lección que deja la final de la Copa Libertadores, para temas de reactivación económica, hospitalidad y operativos antidelincuenciales, es que con planificación, respeto y sentido común, todo fluye.

Lo más sensato es que la implementación de todas las medidas para mostrar la mejor cara de la ciudad no caduquen, que los ciudadanos se sigan beneficiando de transitar sin temor por cualquier sitio, que los comercios no decaigan, que prime el respeto. Que la sede de la final de la Libertadores no solo sea un espejismo.