Opinión
Editorial: venta ilegal de medicinas
El público consumidor guayaquileño concurre masivamente a hacer sus compras en las llamadas “bahías” para aprovechar los precios más bajos de los productos que en los mercados formales, pagan impuestos y no son beneficiarios del contrabando, por lo tan
El público consumidor guayaquileño concurre masivamente a hacer sus compras en las llamadas “bahías” para aprovechar los precios más bajos de los productos que en los mercados formales, pagan impuestos y no son beneficiarios del contrabando, por lo tanto cuestan más.
Y esta tendencia consumidora (que quiere sacar ventajas económicas en sus adquisiciones) también se está dando en la compra de productos médicos que se expenden, con superiores precios por supuesto, en las farmacias.
Sin embargo, el peligro que asume el público comprador de medicinas es muy grande puesto que no existe garantía alguna de que los fármacos que se adquieren no sean caducados o que no sean producidos no por empresas farmacéuticas acreditadas, sino en forma clandestina, lo cual no ofrece garantía alguna de que sus productos favorezcan la salud del consumidor.
Por las investigaciones que han hecho las autoridades policiales se ha comprobado el expendio en las “bahías” de productos médicos caducados o sin valor alguno para el celoso combate de enfermedades.
Por ello, siendo que hasta se pone en peligro la vida del comprador, es aconsejable que toda medicina recetada por facultativos debe ser adquirida en las droguerías autorizadas.