La incansable lucha de las mujeres por la igualdad de derechos se ha encontrado con otra barrera: la pandemia del coronavirus. El confinamiento escondió entre sus cuatro paredes la violencia de género, y no solo en nuestro país.

Según la Organización Naciones Unidas (ONU), todos los tipos de violencia contra las mujeres y niñas aumentaron desde que la COVID-19 se propagó en el mundo. Femicidios, pérdida de empleos, deserción escolar y riesgo de enfermedades mentales son algunos...

En Ecuador, una mujer es asesinada cada 72 horas; siete de cada diez han sufrido violencia alguna vez en su vida; por cada dólar de salario que gana un hombre, la mujer recibe 0,84 centavos; unas 150 mil perdieron su empleo al cerrar el 2020. Violencia, inequidad, irrespeto y más.

Por eso, el Día Internacional de la Mujer (#8M), que se conmemoró ayer, es un punto de inflexión en la lucha a favor de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo de cada una.

La reflexión de lo que hacemos como sociedad nos debe empujar todos los días a trabajar en fortalecer nuestros valores, empezando dentro de casa, con nuestros hijos, frenando las desigualdades, no solo para que la voz femenina retumbe en todos los rincones de este planeta, sino para crear una sociedad más justa.