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Opinión

Editorial: Paren de robar en el IESS

Más y más proyectos de reformas de ley que golpean a los afiliados, pero atrapar y sancionar a los corruptos nada de nada en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).El control brilla por su ausencia.

Los tentáculos de la corrupción enquistada en las entrañas del Seguro Social han vaciado sus arcas por años, pero las autoridades de turno, en vez de iniciar una lucha frontal para erradicarla de raíz y proteger los fondos de los afiliados, lo que planean es hacer reformas legales que permitan una reestructuración para sacarle más dinero a los aportantes: empleados y empleadores. Más dinero para que, si seguimos así, se lo roben. Así de simple.

El director general acepta, sin inmutación, que la corrupción en la venta de medicinas se lleva40 millones de dólares al año y que hay expedientes judiciales abiertos por las irregularidades en los hospitales del IESS de Guayaquil, Durán, Babahoyo, Quevedo, Machala, Milagro e Ibarra.

Por la dilapidación de los fondos existe tanta desatención a los afiliados. No hay medicinas ni insumos en los hospitales, peor en los dispensarios; faltan equipos médicos y los que hay están descompuestos, unos porque se dañan y otros, dicen los propios directivos, que los dañan.Y para colmo, hay pocos médicos especialistas para atender la alta demanda de atención en las casas de salud.

¿Hasta cuándo tanto robo en el Seguro Social? Con subir la edad de jubilación y cambiar la fórmula de cálculo de las pensiones jubilares, que son algunas de las propuestas que entrarán a discusión, no se enfrenta el problema de fondo. Acabar con la corrupción es lo urgente.