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Opinión

Editorial: El turno de Quito

La capital ecuatoriana está viviendo, sin lugar a dudas, una verdadera pesadilla. Y como a modo de Déjà vu los guayaquileños ven cómo la historia se repite en Quito, con un aumento descontrolado de contagiados por coronavirus, un sistema hospitalario colapsado y la indisciplina de los ciudadanos que no permite frenar la propagación de esta terrible epidemia, como sucedió en el Puerto Principal.

Entre las medidas urgentes que ha tomado el presidente Moreno para tratar de controlar el virus en Quito está el incrementar la capacidad de atención en el sector de la salud e intensificar los controles en el centro y sur de la ciudad, donde se ha focalizado un mayor número de contagios y ha pedido enérgicamente a la población capitalina mantener -en la medida de lo posible- el aislamiento domiciliario.

En cambio, el vicepresidente Sonnenholzner considera que es difícil mantener un aislamiento por más tiempo y que debemos estar claros que el virus no va a desaparecer. Lo que tenemos que hacer, dice, es aprender a vivir con él respetando y cumpliendo las medidas sanitarias. La historia se repite, a modo de ruleta rusa, primero en Guayaquil, luego en Quito y ahora esperar a ver a qué ciudad le toca el turno. Y parecería que nunca fuéramos a salir de este círculo vicioso que tiene a la ciudadanía encerrada a medias, trabajando a medias, ganando a medias y desempleados a muchos. Es imposible que un país se mantenga a flote con este panorama.