Opinión
Editorial: antiético, más que antieconómico
Genio y figura hasta la sepultura. Eso es Correa, el expresidente que se fue a vivir a Bélgica gozando de su renta vitalicia y, además, protegido por una guardia pretoriana que se la llevó a ese país para que lo vigile a él y a su familia.
Genio y figura hasta la sepultura. Eso es Correa, el expresidente que se fue a vivir a Bélgica gozando de su renta vitalicia y, además, protegido por una guardia pretoriana que se la llevó a ese país para que lo vigile a él y a su familia, con sueldos, viáticos, pagos de hospedaje y comida, todo cubierto con fondos del Estado, es decir pagados por los “bobos de la yuca” que somos todos los ecuatorianos contribuyentes.
¿De dónde nace este privilegio para Correa? Nada más y nada menos que de un decreto dictado por él mismo, pocos días antes que Moreno le dijera “hasta siempre Rafael...”. Esta situación, por primera vez vista en el Ecuador, es inmoral, antiética, absurda por mil razones. Antieconómica también lo es, pero más pesa lo antiético, porque constituye una vergüenza que tengamos un exmandatario que para salir a la calle en un país extranjero tenga que salir protegido por varios guardaespaldas llevados desde el Ecuador.
La pregunta que nos hacemos los ecuatorianos es ¿a qué o a quién le tiene miedo Correa? Solo él lo sabe. Hay varios exdictadores y expresidentes ecuatorianos, aún con vida, que una vez que dejaron el poder regresaron a sus casas, no huyeron del país, y pasean con sus familias por las calles, libremente.
Si no hay la tal mesa servida, como ha aclarado Lenín Moreno, lo que debe hacer el actual jefe de Estado, sin más “vuelve luego”, es derogar ese famoso decreto.
Sería una brillante oportunidad para que evidencie así que en verdad sí se quiere descorreisar...(BLC)