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Opinión
Editorial: Atractivos turísticos de antiguas cárceles
El Municipio de Cuenca ha transformado la más vieja de las cárceles que han existido en esa ciudad.
El Municipio de Cuenca ha transformado la más vieja de las cárceles que han existido en esa ciudad, que funcionó por más de medio siglo hasta hace pocos años y que por largo tiempo estuvo convertida en un lugar inhóspito y sucio, en un atractivo parque. Lo hizo con una inversión destinada a favorecer a los habitantes de la Atenas del Ecuador, y a los miles de turistas que la visitan permanentemente.
Esta decisión municipal cuencana debería ser tomada como ejemplo en otras ciudades del país, en donde locales carcelarios y de otro tipo, que por su vetustez han entrado en desuso, deban ser aprovechados para, partiendo de la vieja infraestructura, llevar a cabo las necesarias remodelaciones que los conviertan en lugares de atractivo turístico para el uso y esparcimiento de propios y extraños.
En Guayaquil, por ejemplo, aún está intocada, deshabitada y sin servicio alguno la vieja cárcel municipal, ubicada en la calle Julián Coronel, que por algunos años permaneció en uso. Podría hacerse allí un museo al ser el local favorecido por su ubicación y por un historial que muchos recordarán. Ojalá que dentro del plan que se establezca para el próximo año, el Municipio porteño incluya esta obra en una de sus realizaciones.