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Opinión
Editorial: Campea la inseguridad
Pese a que las estadísticas afirman que la delincuencia ha disminuido en Guayaquil, la realidad dice otra cosa, pues con frecuencia se encuentran cadáveres medio sepultados o medio escondidos en la maleza, algunos incluso sin la cabeza o con la mitad del rostro desprendida de su lugar.
Son frecuentes el robo y el asesinato de quienes enfrentan a los delincuentes cuando estos tratan de asaltarlos, como ocurrió recién, cuando un periodista joven, pacífico, fue asesinado por un malhechor, de quien se asegura ya está preso.
O el brutal robo dentro del patio de un centro comercial, en el que asaltaron un carro blindado para llevarse más de 600 mil dólares. Algunos hechos han quedado en la impunidad, dejando una sombra de abandono e impotencia en la ciudadanía, que se siente desprotegida; mientras los delincuentes llegan con su audacia criminal a todos lados, sin excluir las zonas centrales en las cuales roban y matan con una audacia temeraria.
Moradores de determinadas ciudadelas han debido organizarse para tratar de repeler la incursión del crimen que los mantiene en una permanente tensión.