Opinión
Editorial: Control de alcantarillas en Guayaquil
Una de las causas de las inundaciones de algunas de las calles de Guayaquil, cuando se desatan aguaceros fuertes y persistentes, es el taponamiento de las alcantarillas por personas que las utilizan como sumideros para arrojar sus desechos.
Una de las causas de las inundaciones de algunas de las calles de Guayaquil, cuando se desatan aguaceros fuertes y persistentes, es el taponamiento de las alcantarillas por personas que las utilizan como sumideros para arrojar sus desechos, especialmente de material pesado, que las obstruye y no permite que cumplan su objetivo.
Con buen criterio, el Municipio guayaquileño ha dispuesto que sean los policías metropolitanos quienes ejerzan el control para mantener aptas las alcantarillas para que cumplan su función.
Y es que la falta de un criterio adecuado sobre el papel que desempeñan las alcantarillas para evitar las inundaciones hace que muchas personas las taponen con sus desperdicios, asunto que pasa desapercibido cuando no hay precipitaciones pluviales o las lluvias son débiles y escasas. Pero en un invierno como el actual taponar con desperdicios las alcantarillas es un acto de graves consecuencias como ha estado ocurriendo en varias calles y avenidas de la ciudad.
Con la vigilancia de la policía metropolitana, el problema se amenguará y el alcantarillado pluvial podría funcionar con efectividad.