Hoy se conmemora lo que en el Ecuador se conoce como Día de Difuntos, es decir el recuerdo, amoroso y dolorido de aquellos que se adelantaron en el viaje insondable de la muerte.

Este día ha sido declarado de descanso obligatorio con el propósito de que los deudos reiteren su devoción a quienes reposan en los cementerios.

Ecuador ha mantenido una suntuosa categoría en los camposantos, hasta con obras esculturales de artistas de prestigio internacional como ocurre en el cementerio de Guayaquil. En el Ecuador hay otro cementerio que concita la admiración y es el de Tulcán que ha hecho de la vegetación una cadena escultural, en la que se destacan las moldeadas en los cipreses. Pero lo especial de los cementerios no es su belleza artística en el Día de Difuntos, sino la presencia de millares de dolientes que dejan en las tumbas lágrimas, oraciones, flores y el recuerdo entristecido del paso por la vida de sus seres queridos.

Los cementerios estarán hoy poblados con la presencia de quienes lloran a sus madres y padres, a sus hijos, sus hermanos y más parientes sabiendo que su ausencia no tendrá retorno.