Opinión
Editorial: Deslices repetidos del Ídolo deportivo
La campaña de Barcelona es de lamentar. Con jugadores que ganan excelentes sueldos, con una dirigencia que debía suponerse eficaz, los resultados han salido dramáticos, ya sea por fallas de penales o por la perpetración de una falta penal cometida por un delantero considerado como solución para los problemas técnicos del equipo.
Barcelona está eliminado de la Copa Sudamericana, marcha rezagado en el campeonato local, pierde partidos en su misma casa y, al parecer, no encuentra la manera de repuntar, aunque sus seguidores esperan que cumplan una de aquellas hazañas que lo han conducido a ser el Ídolo de la afición no solo local, sino nacional.
¿Qué ocurre con ese equipo que cuenta con jugadores que llegaron como figuras y están decepcionando a la afición? Es que no es fácil conducir a un equipo que cuenta con tantos y tantos hinchas, todos apasionados y exigentes.
Mientras tanto su rival del Astillero avanza a paso de vencedores, tanto en la confrontación internacional como en la local, aspirando a una clasificación en el exterior y a otra corona en el campeonato local.
Jugadores, técnico y dirigentes del que aún conserva el legendario título de Ídolo, deben analizar seriamente la realidad y corregir las fallas, tanto en la dirección como en la cancha.