Editorial: El dragado del río Guayas

Los ecuatorianos, especialmente los guayaquileños, han esperado que se cumpla la promesa del dragado de la más importante corriente fluvial del país, que conforma la poderosa cuenca del Guayas, es decir, en el río en cuyas orillas se asienta la más grande y activa ciudad del Ecuador.

Con el tiempo, la sedimentación por las obras de ingeniería que exigen construir el principal puerto del país en permanente desarrollo, ha sido cada vez más agresiva hasta el punto de volver prácticamente innavegable al río para las naves de gran calado, y de que se formen islotes que interrumpen el curso de la corriente fluvial.

El nuevo prefecto de la provincia del Guayas, al iniciar sus actividades y luego de tres meses de reordenamiento institucional, ha decidido dejar sin efecto el contrato para dragar el río, pues la Armada no cuenta con las dragas ni el equipo complementario para llevar a cabo tan importante labor y, tras 17 meses de espera, no hubo mayores gestiones para adquirirlos de alguna manera.

Capítulo aparte merece el presunto sobreprecio que por varios millones de dólares denunció Carlos Luis Morales, y acusa a su antecesor, Jimmy Jairala, de negociado.