Opinión
Editorial: El paso al costado y la sanción esperada
Se ha puesto de moda una sugerencia que se hace desde las alturas del Poder.
Se ha puesto de moda una sugerencia que se hace desde las alturas del Poder. Y petición de lo que se llama el paso al costado, que significa la renuncia a las funciones cuando hay asuntos serios que comprometen la honestidad de los funcionarios. Pero ese paso al costado no puede ser la única sanción que se imponga a quienes cometen faltas que tienen el color del delito, y que su presencia no es deseada, porque obsta la buena marcha de la Administración Pública.
En el caso del diálogo telefónico revelado por el fiscal general, se habla repetidamente del paso al costado, pero quien ha recibido esa insinuación se mantiene firmemente en su deseo de encabezar la Asamblea, que ejerce desde la iniciación del actual período democrático. El paso al costado sin más solo debe proceder cuando las circunstancias políticas lo determinan y no hay indicios de responsabilidad penal en el desempeño de las funciones correspondientes.
En el caso del presidente de la Asamblea no se trata solo de razones políticas para pedirle el paso al costado. Es posible que haya incurrido en violaciones de la ley y esas violaciones llevan la obligación de iniciar procesos judiciales que determinen la realidad de las actuaciones. Y así debería proceder el Gobierno cuando se trata de asuntos en que se halle involucrada la honestidad.