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Opinión
Editorial: Finaliza un 2018 muy accidentado
Hoy a las doce de la noche, siguiendo la vieja tradición nacional, se quemará en la vía pública el pelele que representa al “año viejo”.
Hoy a las doce de la noche, siguiendo la vieja tradición nacional, se quemará en la vía pública el pelele que representa al “año viejo”, luego de un recorrido en que participan jóvenes vestidos de negro simulando las “viudas” y pidiendo a los transeúntes la clásica caridad.
Con esta forma tan típica y propia cerraremos el año 2018 que ha transcurrido para el Ecuador bajo el mandato de un nuevo gobernante luego de una década a cargo del anterior presidente, que al decir de una gran parte de la opinión pública y de funcionarios del nuevo régimen, dejó muchos asuntos que rectificar, entre ellos el uso y abuso desmedido de los fondos públicos que entraron al país gracias al “boom” petrolero al venderse, con precio internacional, el barril del “oro negro” en más de 120 dólares.
Por supuesto, a pesar de la grave crisis económica que soporta nuestro Estado, con una liquidez evidente que ha obligado a que se suscriban nuevos y millonarios préstamos, sobre todo con el Gobierno de la China, siempre surge en el espíritu de los ciudadanos de toda condición social y política la esperanza de que desde el nuevo año que se inicia mañana las cosas comiencen a cambiar, mejorar y que podamos merecer una nación más próspera y estable.