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Opinión
Editorial: Los peajes a la Península
Diversas protestas se han desatado en poblaciones que están en el paso de la carretera Guayaquil-Salinas, pues el Gobierno ha decidido entregarla en concesión a una empresa privada.
Ciertamente que el peaje, si es justo y bien meditado, sirve para mantener en buen estado las carreteras y hasta para su construcción; pero cuando carece de realismo y se impone a ojo de buen cubero o peor aún para dar ganancias excesivas a los beneficiarios, los pueblos expresan sus reclamos, como está ocurriendo con la vía mencionada.
Y es que 3 peajes de ida y vuelta aparecen como una verdadera exacción, que los pueblos rechazan.
En esa vía tiene importancia su mantenimiento en óptimas condiciones, y es indispensable para el turismo y la circulación de bienes de consumo interno y hasta de exportación. Pero el nuevo cálculo es excesivo y si bien el actual peaje es demasiado bajo, los nuevos son bastante altos y con 3 paradas obligadas. Si no se aclara dicha concesión, el desagrado popular sería mayor. Una revisión sensata y realista debería hacerse a la brevedad.