Editorial: Más crímenes tras las rejas

La violencia dentro de las penitenciarías sigue en aumento, sin que haya dado resultado el estado de excepción decretado por el Gobierno nacional, que tuvo una duración de 3 meses con la participación de elementos uniformados de las FF. AA., además de la Policía.

Recién, en menos de 72 horas, se produjo otro crimen en la cárcel de la Regional Dos de Guayaquil, cuando un expolicía que estaba recluido en la prisión fue asesinado por compañeros de celda mediante el uso de un arma de fuego y de un instrumento cortopunzante. Pocos días antes se había producido un caso parecido en la cárcel de Cuenca.

Nuevamente cunde la preocupación y temores entre los familiares de los reclusos, sobre todo por el hecho de que objetos letales pueden ser introducidos permanentemente dentro de las prisiones en donde, además, siguen operando peligrosas bandas delictivas que, con el uso de teléfonos celulares también introducidos clandestinamente, dirigen operaciones para llevar a cabo asaltos y crímenes en las ciudades, en el campo y en las carreteras.

Esta situación debe considerarse entre las autoridades, sobre todo para impedir la complicidad de indecorosos guías carcelarios que hacen posible tantos crímenes.