Editorial: Siguen los problemas

Se celebró con aspavientos el fin del largo y sangriento conflicto armado colombiano. Incluso el presidente Santos recibió el Premio Nobel de la Paz. Y esa paz está muy lejos de clarear en el hermano país.

Disidentes narcoguerrilleros de las FARC actúan con violencia inusitada en la frontera sur y se dice que un guerrillero ecuatoriano dirige las acciones terroristas recientes. Esa violencia guerrillera destruyó una dependencia policial en San Lorenzo, Esmeraldas.

El ELN ha roto las conversaciones pacíficas en Quito y decretó un paro armado que ha puesto nuevamente en el temor a los colombianos.

La paz no puede ser el producto de conversaciones entre políticos. La paz renacerá cuando brille la justicia y se hagan en Colombia las reformas indispensables para su sistema político y social.

De todos modos, los ecuatorianos siempre sentimos afecto por Colombia y nos preocupa y nos afecta la lucha armada en ese país hermano.

Ojalá converjan esfuerzos internos e internacionales para que se logre una paz verdadera y definitiva en Colombia, para cuyo afán acaba de celebrarse una reunión de los presidentes ecuatoriano y colombiano Lenín Moreno y Juan Manuel Santos en Pereira, ciudad colombiana.