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Opinión

El abrazo sincero puede curar una herida

Llora si quieres llorar, mujer, humedece mis hombros, quéjate si quieres quejarte. Llora con fuerza, con furia, sin prisa, lentamente. Que no me cansaré de recoger tus lágrimas y depositarlas sobre mi corazón. Apriétame fuerte, con fuerza. Agarra mi camisa, si quieres. No te preocupes por mis huesos, son lo suficientemente fuertes para aguantar las peores lluvias y las más violentas llamadas de dolor.

Si todo el mundo te deja sola, yo no. Si todos te critican, yo te alabo. Si todos te tienden una trampa, yo te protejo. Si todos te quieren hacer daño, yo te haré bien. Un abrazo es suficiente. Un abrazo sana heridas. Un abrazo quita la inseguridad. Un abrazo disipa el miedo. Un abrazo puede sanar una herida y desbordar las mejores lágrimas. Quita el insomnio, relaja el cuerpo. Un abrazo te dice te amo y te seguiré amando. Un abrazo dice que eres única para mí y que mis ojos y sonrisas son solo tuyas.

Un abrazo sincero sana berrinches mañaneros y nocturnos. Un abrazo significa primavera y fin del invierno, porque al fin y al cabo los brazos se hicieron para abrazar, acariciar y trabajar por la mujer que uno ama.

Escribimos nuestro propio libro de aventuras. Sin perder ni un solo segundo de tus sonrisas, ni un parpadeo de tus ojos y ni una enfermedad (sin olvidar las veces que sostenga el pelo mientras estés enferma). Cada detalle de nuestra vida, hasta ver nuestros retoños crecer, escucharlos jugar y reír, hasta que nuestros ojos se oscurezcan, nuestras muelas se derrumben, hasta que mis oídos dejen de trabajar, y puedan escuchar tu último y hermoso berrinche. Amé sin frenos, escuché con atención, respeté con honestidad y conquisté hasta la locura... (Así lo escribió un poeta francés)