El Día del Padre

En buena parte del mundo se celebra hoy el Día del Padre, quien engendra la familia, la cuida y la protege.

Los dos seres que hacen posible la felicidad de la prole son la madre y el padre. La una representa la ternura, la devoción y el sacrificio. El otro la protección. Ambos, la estabilidad del hogar, su proyección en el desenvolvimiento de los hijos, la formación espiritual y material de la familia.

Ahora, cuando la mujer ha alcanzado un nivel de alto desenvolvimiento, la madre y padre, conscientes de sus deberes, forman las columnas que mantienen enhiesto el matrimonio. Y esta realidad permite que sus descendientes asuman tareas básicas que les garantizan su lucha diaria por la vida, tan llena de problemas multiplicados, paradójicamente, por los altos niveles de la civilización que, con frecuencia, desvía sus fines y sus principios hacia terrenos oscuros y peligrosos.

Por eso, el homenaje al padre no solo es justo, sino útil y necesario para darle un pequeño descanso en sus faenas diarias, comprometidas con la obligación de proveer lo necesario para la subsistencia y, sobre todo, para la educación que abra un esperanzador porvenir a los hijos.