Opinión
El síndrome de Down
Conozco muchos pacientes con esta enfermedad cromosómica. Algunos ya son adultos y muy buenas personas e inteligentes. Lo supe cuando en Miami escuché una conferencia magistral de un doctor con Down. Y más aprendí, en la parte afectiva, cuando una madre me dijo que era la mujer más feliz con su niño Down.
Es la enfermedad del amor. Se trata y se cura con él. Educación especial, estimulación temprana, un poco más de trabajo y estos niños tienen un potencial inimaginable. Son extraordinariamente inteligentes y sensibles para el deporte y el arte.
Aumenta la posibilidad en las parturientas de más de 40 años, y ocurre uno por cada 600 nacidos vivos. Las características del Down son: los ojos oblicuos con un pliegue en el ángulo interno; boca pequeña, dientes mal implantados, cuello corto, cabeza pequeña, manos pequeñas, con disminución muscular, en un 40%. Suelen sufrir de deficiencias auditivas, miopía y cataratas (no siempre).
El niño con síndrome de Down debe recibir igual amor y cuidado que sus hermanos. Aceptarlos como son y hay que brindarles mucho amor porque tienen los mismos derechos que los demás haciendo hincapié en sus capacidades especiales y no en sus defectos. Con cuidado y educación pueden ser autosuficientes, tener un trabajo normal, participar en actividades recreativas y vivir felices plenamente durante toda la vida.