Opinión
El terremoto por dentro
Así se titula la obra de Luis Távara, ‘Pedernales, 16A’, basada en la experiencia de Hogar de Cristo y sus voluntarios, recogida en el caos, la miseria y tragedia provocados por los sismos ocurridos en abril de 2016, en Manabí y Esmeraldas. Cuentos inenarrables, de pérdidas humanas y materiales, donde no se sabía por dónde empezar. No obstante, había que hacerlo, desde el primer minuto en que se conoció la noticia, hasta palpar in situ el horror. Pero, no sólo fue eso, había una realidad anterior que se desnudaba ante sus ojos, la pobreza de los ‘nadies’, de la que pocos quieren saber.
Es la vergüenza oculta de los gobiernos de las megaobras, de los megagastos, en construcciones inútilmente faraónicas, de los meganegociados, de las megacomisiones de los Odebrecht y compañía; hoy, de los megaescándalos que nos conmueven, porque del buen whisky y langosta con caviar, al agua podrida, -cuando llega-, y al mísero pan para engañar al estómago, hay una megadistancia...
Y las dos mil casitas de caña llegaron oportunamente a los pueblos afectados, con una esperanza y un hogar, muy distintas a las carpas plásticas, sin servicios básicos, levantadas un año después, poco antes de que termine el mandato anterior.
En este libro, se desnudan desoladoras realidades. Útil sería que, igualmente, el nuevo Gobierno transparente las cifras de todo lo que se recibió y recaudó, y dónde se lo invirtió.