Es cuestión de educación...

Guayaquil es una ciudad que tiene un alto sentido de civismo y en la que sus habitantes siempre se han esforzado por hacer de ella la Perla del Pacífico. Esta es una verdad irrefutable.

Por lo tanto, el problema que actualmente existe, relacionado con la recolección de basura en ciertos sectores de la urbe, hay necesidad de orientarlo en forma tal que sirva para autodisciplinar a nuestra gente. Con buen criterio se dice que una ciudad no es más limpia porque se la barre más, sino cuando sus habitantes comprenden la trascendencia que tiene la limpieza en las calles y avenidas.

Lastimosamente hay muchos sectores ciudadanos que hacen quedar mal a Guayaquil, porque no cumplen con las ordenanzas municipales que establecen disposiciones claras y precisas para que la ciudadanía respete los horarios del paso de los buses recolectores de basura, para que en ese momento saquen los desechos fuera de sus casas. No como sucede ahora que convierten a las esquinas de muchas ciudades en verdaderos basureros, porque amontonan las fundas de desperdicios mucho tiempo antes que pase el recolector por esa zona. Esto debe terminar.

Y la única forma de terminar es mediante la educación a nuestra gente; educación que debe venir desde el hogar, desde las escuelas y desde los propios barrios que deben estimularse para que cada uno sea más limpio que el otro.

Los habitantes de Guayaquil sí pueden y deben cumplir esta tarea tan importante para su progreso. (BLC)