Dice la Biblia, tan llena de citas que se convierten en una suerte de fábulas con sus respectivas moralejas, que Dios castigó a Adán, por dejarse convencer de Eva para que pruebe la prohibida manzana del árbol del bien y del mal. Con ese trabajo que ya en tiempos modernos, a más de ponerle el calificativo de “camello” se lo celebra universalmente el Primero de Mayo, al decirle lo de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, se llegaría a la conclusión que el trabajo no debe ser nada bueno si se trata de un... castigo.

Pues bien, en medio de tantas labores (me refiero a los que en realidad trabajan 40 horas semanales y a veces más) siempre es bueno parar la mano y tomarse un descansito.

Con ese criterio, nuestros gobernantes aprovechan las oportunidades que ofrece el calendario de celebraciones para armar los llamados “puentes vacacionales” con los cuales podemos hacer descansar al cuerpo 3 y hasta 4 días; e incluso aprovechar la oportunidad para irnos a ver a las hermosas sirenas en nuestras amplias playas pacíficas.

Esta vez estamos precisamente cruzando uno de esos “puentes” aprovechando que recordamos a los difuntos, a quienes añoramos y también les ponemos flores en sus tumbas, en su día clásico que es, precisamente hoy en que usted, querido lector, está leyendo este artículo. Y mañana sábado le toca el turno a los morlacos, que recuerdan no a Gil Ramírez Dávalos, su fundador, sino a los próceres que les dieron la independencia en 1820. (FCV)