Opinión
¡Cuando se quiere, se puede!
Si hay algo que cambió la vida de una ciudad en el mundo fue el Metro a Medellín, Colombia.
La sacó de ser una ciudad caotizada a una capital que puede tratarse de tú a tú con muchas metrópolis del primer mundo.
Todo ese esfuerzo que hicieron los dirigentes de esa región de dicho país mejoró la calidad de vida de los más de 2 millones y medio de habitantes que residen en esa ‘tacita de plata’.
Y ese efecto es el que próximamente sentirán muchos habitantes de Quito que disfrutarán de su Metro. La vida se les dividirá en un antes y en un después de este sistema. Sin ahondar en la materia y generalizando quepa decir que Quito avanzará kilómetros con el moderno sistema de transporte. ¡Enhorabuena!
En muchas ciudades los proyectos de trenes se han quedado en nada, en promesas, promesas y más promesas. El más lastimoso ejemplo de tal situación lo padece precisamente la capital colombiana, Bogotá que, alcaldía tras alcaldía, ha conocido lo que es disolver una iniciativa que bien vale la pena impulsarla.
Han sido millones de dólares que esa ciudad ha despilfarrado en estudios que a ningún lado han conducido. Cada nueva administración se empeña, pareciera, en voltear ‘patas arriba’ lo avanzado.
Felicitaciones a Quito que dio un paso grandísimo en su desarrollo. ¡Cuando se quiere, se puede!
FRASE: “Nuestra mente y nuestros pensamientos nos pertenecen, podemos utilizarlos en nuestro perjuicio o en nuestro beneficio, pues somos lo que creemos que somos”.
(Anónimo)