Hemos olvidado la planificación familiar

Por Vicente Flores

Hace algunos años, el Dr. Paolo Marangoni plantó en nuestro medio la semilla de la planificación familiar; es decir que el hecho de que una pareja se haya casado, unido o “arrejuntado” no significa que obligadamente la mujer debe quedar embarazada. Últimamente hay la impresión de que esta labor se ha frenado y se ve por doquier mujeres jóvenes con el vientre abultado.

En otras palabras, el trabajo no marcha al ritmo que se necesita para evitar que más seres vengan al mundo sin saber las madres cómo cuidarlos y cómo alternar su nacimiento. Si inicialmente los anticonceptivos los donaban las brigadas médicas, ahora todo cuesta y la curiosidad juvenil motiva que más jóvenes se embarazan, pero sin prepararse.

Por eso pienso en la necesidad de que las jóvenes especialmente, con la debida autorización paternal, reciban lecciones de especialistas sobre la necesidad de cuidar su virginidad y estar conscientes de que una gota de semen puede ser la causa para traer un ser que quizás debe esperar para venir al mundo terrenal.

El gobierno tiene que organizar brigadas educativas y con autorización de los padres -y ellos mismos- educar a sus hijos sobre esto de la planificación familiar.

Parece que el enunciado luce brusco, pero es necesaria la prevención antes que lamentarse después, pero todo controlado por médicos especializados en un trabajo cuya meta es educar y orientar lo que se llama planificación familiar.