Este año que está a escasos días de culminar resultó para el país muy convulsionado, la posesión de un nuevo gobernante, los ajustes en materia económica, tendencia a la baja en exportaciones no petroleras, así como varios escándalos de corrupción, entre otros aspectos, marcaron el desempeño de la economía ecuatoriana.

Según datos del Banco Central, los indicadores económicos 2017 se proyectan a cerrar de la siguiente manera: inflación a la baja con un promedio de 1,1%; crecimiento del PIB 3,3%; tasa de pobreza 23,1%; tendencia al alza del índice de confianza del consumidor 39.4 puntos; aumento del índice de confianza empresarial por sectores, siendo el sector industrial (1,3%) y comercio (1,2%) los más altos; valor de la canasta familiar básica $706,31 y la canasta familiar vital en $498,08; tasa de desempleo con tendencia a la baja en 5.36%. Por otro lado, con respecto a los indicadores externos, señala: remesas recibidas 9,4% del presupuesto general del Estado; inversión extranjera directa a la baja por $754.6 millones de dólares; saldo de la deuda externa pública se ubicó en $28,148.20 millones de dólares y la deuda externa privada ascendió a $8,003.00 millones de dólares (hasta septiembre); superávit en la balanza comercial por $258.7 millones de dólares, como los más destacados.

El 2018 será un año duro en materia económica para el gobierno actual, pues deberá seguir tomando medidas y políticas coherentes en materia económica, comercial y fiscal, que le permitan frenar el endeudamiento, incentivar la inversión y estimular sobre todo la producción tanto doméstica como extranjera, para lograr la tan esperada reactivación de la economía.