Opinión
Inicio de clases y días de incertidumbre
En un país de severo luto, causado por la agresión brutal de la narcoguerrilla, vuelven a clases los niños y los jóvenes con su sonrisa un tanto apagada por la grave realidad por la que atraviesa ahora el país.
Quienes más agudamente sienten el pesar son, precisamente, los niños y los jóvenes, aunque los niños no entienden qué ha ocurrido y, sin embargo, el dolor y el temor ha calado en sus corazones y buscan una explicación a hechos de tanta gravedad y trascendencia, pues los intimidos, especialmente los tres pertenecientes al equipo de El Comercio, no dieron el más elemental motivo para que el asesinato les cortara la vida.
Seguramente en todos los establecimientos escolares se procurará dar una explicación de los hechos trágicos a fin de que los estudiantes, especialmente los niños, puedan encontrar una explicación, adecuadamente imposible a su alcance, de la perversidad de los grupos narcoguerrilleros que han vuelto a esgrimir las armas, luego de que se supuso que la paz volvería ya a Colombia.
Y ahora la violencia mortal ha llegado al Ecuador y se teme que se profundice el mal que trae consigo la narcoguerrilla, y que nuevos hechos trágicos vuelvan a estremecer a un país pacífico como el nuestro.