Editorial: Jesús ha sido detenido

Dando paso a los deseos del Sanedrín, los sayones romanos apresaron a Jesús y, luego de un juzgamiento perverso, es torturado de una manera inhumana. Le colocan una corona de espinas, entre las manos atadas lleva una caña como un cetro de burla y lo azotan hasta sangrar su cuerpo copiosamente.

Luego traerán una pesada cruz y se inicia su camino hacia el Calvario, donde se levanta la cruz del sacrificio, luego de que el cónsul romano Poncio Pilatos se lavara las manos diciendo que no se quería manchar con la sangre de este justo.

La cruz pesa demasiado y con ella a cuestas, Jesús cae tres veces antes de llegar a la cumbre del monte.

La soldadesca romana lo desnuda y lo viste de una túnica grotesca antes de que la cruz sea del destino del martirio, clavado en ella, junto a dos ladrones. Uno de ellos lo reconocerá como el Cristo y Jesús le prometerá que estará en el paraíso.

Clavado de pies y manos en la cruz, Jesús pronunciará sus siete palabras antes de exhalar su último suspiro, mientras al pie de la cruz se hallarán su madre, María, Juan, su discípulo amado y María Magdalena.